"Los últimos meses han dado la sensación de que se ha puesto una mano dura sobre Hong Kong". Así escribe Tobias Brandner, profesor de teología y capellán de prisiones en Hong Kong durante 25 años. En su nuevo boletín, describe cómo la policía se ha convertido en un "aparato represivo de opresión" en poco tiempo. Muchos activistas políticos han sido detenidos en las últimas semanas.
Durante sus visitas a la cárcel, Brandner es vigilado mucho más de cerca que antes y en su facultad de teología se plantea la cuestión de qué declaraciones políticas son aún posibles.
Informa: "En estos días experimenté de forma concentrada lo que es cuando una sociedad se desliza hacia un gobierno autoritario, hacia una dictadura que se establece a través de todo tipo de medidas administrativas. Microscópicamente, en la cárcel, experimento los mecanismos del poder que intenta controlar a las personas a través de pequeñas medidas administrativas inofensivas".
El impresionante informe es angustioso, pero Tobias Brandner también envía palabras de esperanza: "Las muchas personas en Hong Kong, en la cárcel y en otros lugares que se aferran a la visión de un gobierno no autoritario son una fuente constante de ánimo".