Dorina Waldmeyer
Oficial de programas de Sudán del Sur
Tel.: +41 (0)61 260 22 58
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Número de proyecto: 179.1029
Sudán del Sur, el país más joven del mundo, se enfrenta actualmente a una serie de graves crisis políticas, económicas y humanitarias. Desde 2013, el país sufre una guerra civil continua, que ha provocado numerosas muertes, desplazamientos y un agravamiento de la emergencia humanitaria. A pesar de un acuerdo de paz firmado en 2018, continúan la violencia y las violaciones de derechos humanos por parte de diversos grupos armados. El estallido del conflicto en el vecino Sudán en abril de 2023 ha provocado una nueva oleada de refugiados que entran en Sudán del Sur, agravando aún más los problemas humanitarios existentes. Sudán del Sur es también uno de los países con las tasas de inflación más altas del mundo y más de 7 millones de personas se ven afectadas por la inseguridad alimentaria. Sudán del Sur también se enfrenta a condiciones meteorológicas extremas. Grandes zonas del país se ven afectadas por inundaciones que, junto con periodos de sequía, perjudican aún más la ya frágil producción de alimentos. Más de la mitad de la población padece hambre aguda y muchas personas no tienen acceso a servicios básicos como atención sanitaria, agua limpia o saneamiento. Las actuales inundaciones en la región del Alto Nilo han agravado aún más la situación y han provocado una emergencia humanitaria. Se necesitan medidas urgentes para apoyar a las comunidades afectadas y evitar un mayor deterioro.
Desde septiembre de 2023, Sudán del Sur se enfrenta a devastadoras inundaciones estacionales que ya han afectado a más de 900.000 personas. La región del Alto Nilo se ha visto especialmente afectada. Más de 420.000 personas se han visto desplazadas de sus aldeas de origen por estas inundaciones y ahora buscan refugio en campamentos provisionales. Las inundaciones han destruido grandes extensiones de tierras agrícolas y numerosos animales de granja se han ahogado. Se han perdido más de dos tercios de la cosecha del año, lo que ha agravado drásticamente la ya crítica escasez de alimentos y medios de subsistencia de las comunidades afectadas. En muchas zonas inundadas se han producido brotes de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la diarrea aguda. Importantes infraestructuras como carreteras, puentes y sistemas de abastecimiento de agua han quedado destruidas. Esto dificulta considerablemente el suministro de ayuda humanitaria.
La crisis se agravó aún más con la apertura de la presa de Jinja, en el lago Victoria, en Uganda. Después de que el nivel de agua del lago Victoria superara su nivel máximo, la presa se abrió en julio por primera vez en 128 años, permitiendo que 2400 metros cúbicos de agua -el equivalente a una piscina olímpica- fluyeran continuamente hacia Sudán del Sur cada segundo. Esto ha provocado que el nivel de los ríos siga subiendo bruscamente, sobre todo en la región del Alto Nilo. Aldeas enteras han quedado destruidas y muchas familias han tenido que huir a tierras más altas, donde faltan recursos básicos. Las regiones del Alto Nilo, los Lagos, Unity y Warrap están especialmente afectadas.
El proyecto va dirigido a 1.463 familias de la región del Alto Nilo. El grupo destinatario incluye a personas especialmente vulnerables y marginadas, como mujeres embarazadas, niños, ancianos, enfermos y discapacitados. Las mujeres y las niñas están especialmente expuestas a un mayor riesgo de violencia sexual y de género en los campos superpoblados. Las comunidades circundantes también se benefician indirectamente, ya que toda la región está mejor preparada para futuras crisis gracias al refuerzo de las infraestructuras, la preparación ante catástrofes y las medidas de resiliencia. Además, el apoyo a las estructuras locales fomenta la estabilidad a largo plazo y el tejido social de las comunidades afectadas.
La crisis de las inundaciones en Sudán del Sur supone una amenaza masiva e inmediata para la vida y los medios de subsistencia de las comunidades afectadas. Hay escasez de suministros básicos de socorro, como alimentos, camas, mantas y otros materiales esenciales. Ante la previsión de que la situación empeore, urge una ayuda de emergencia integral y coordinada, especialmente mediante la distribución de alimentos y la provisión de refugios de emergencia. Para hacer frente al impacto inmediato y a largo plazo de las inundaciones en la región del Alto Nilo, estamos llevando a cabo los siguientes objetivos y medidas principales:
Ayuda humanitaria de emergencia inmediata:
Reconstrucción y resiliencia:
Prevención de inundaciones y sistemas de alerta rápida:
Gestión integral de las inundaciones:
El objetivo de estas medidas no es sólo proporcionar ayuda de emergencia, sino también reforzar la capacidad y resistencia de las comunidades locales para resistir y recuperarse mejor de futuras inundaciones.
La población se ve afectada por las inundaciones
La población se ve amenazada por el hambre
La gente tuvo que huir de sus casas
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