"Durante mis años de escuela primaria, mis compañeros me acosaron", dice Pamela, una niña peruana de 14 años. Por vergüenza, no se atrevió a hablar de ello con sus padres. Glayds, la madre de Pamela, dice: "Apenas sabíamos lo que estaba pasando dentro de nuestra hija. En ese momento, mi marido y yo estábamos al borde del divorcio y vivíamos separados". Pamela vivía alternativamente con su madre y su padre. Dice: "Sufrí mucho con la separación de mis padres".
El "Centro de Espiritualidades EMAUS", organización asociada a Mission 21, trabaja con profesores, alumnos y familias para prevenir y resolver conflictos. Cuando la familia de Pamela empezó a participar en las actividades de EMAUS en 2016, muchas cosas cambiaron: la relación de los padres mejoró gracias a los talleres de EMAUS y a la terapia familiar, y hoy los tres vuelven a vivir juntos: "Hemos vuelto a estar más unidos, a escucharnos y a resolver nuestros problemas sin violencia", dice la madre Gladys.
Pamela comenzó a abrirse a sus padres. Las actividades de EMAUS mejoraron su vida de forma integral: "Hoy soy mucho más social y menos tímida que antes. Me resulta más fácil hacer amigos y confiar en la gente".
Pamela se unió al equipo directivo de EMAUS y ahora ayuda a compañeros que se encuentran en una situación similar. Su madre también es voluntaria de EMAUS. La participación de voluntarios como Gladys y Pamela es muy importante. Porque la necesidad es grande, en la región de Puno muchas familias se ven afectadas por la violencia y las peleas. "La pobreza está muy extendida en las zonas rurales del departamento de Puno", explica Claudia Quispe, responsable de programas de Misión 21 para Perú. "Los problemas cotidianos, el consumo excesivo de alcohol y, a veces, la falta de comunicación o la comunicación inadecuada provocan tensiones y violencia en las familias. Golpear a los niños, por ejemplo, se considera una medida educativa justificada por muchos".
Especialmente para los adolescentes, la violencia física y psicológica es traumática y tiene una fuerte influencia en el desarrollo de la personalidad: cómo crecen las personas tiene una gran influencia en cómo se mueven después en la sociedad y qué tipo de relaciones tienen. Mission 21 y su organización asociada trabajan para romper este ciclo de violencia en las familias peruanas.
El proyecto contra la violencia en las familias y las escuelas tiene como objetivo una sociedad más pacífica en general. Porque para que la "gran" paz crezca, se necesita también la paz en lo "pequeño", dentro de las propias cuatro paredes. "Con una buena comunicación, todo es posible", dice la madre Gladys.
Texto: Mara Wirthlin
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