Florence Guliba Hakim nació y creció en Sudán del Sur. Tiene mucha experiencia en la construcción de la paz y mantiene una amplia red de colaboradores. Desde julio, ha estado moviendo los hilos de nuestros proyectos en Sudán del Sur como coordinadora en Juba.
¿Cómo empiezas el día?
Florence Hakim: Me levanto a las cinco y empiezo el día con una breve oración. Luego ayudo a mis hijos a prepararse para el colegio y hago las cosas más importantes de la casa. Cuando la niñera está allí para mi hija menor, me voy a trabajar.
¿Cómo son sus desplazamientos?
Hasta hace poco utilizaba un taxi compartido, pero ahora uso el coche de la empresa. Estoy en la carretera durante una hora con mucho tráfico. De camino, recojo a los otros dos compañeros del equipo.
¿Cómo es una jornada de trabajo típica?
Varía. A veces estoy de viaje para reunirme con los representantes de las iglesias asociadas, otros días trabajo en la oficina. Normalmente, lo primero que hago es comprobar que todo en la oficina sigue como lo dejamos. Hay mucho que hacer con las aplicaciones y los informes de los proyectos y las cuentas corrientes. Intercambio regularmente información con los socios y con la oficina de Basilea. También me desplazo a menudo para dirigir talleres, por ejemplo sobre el tema "Protección contra la explotación sexual, el abuso sexual y el acoso sexual". Incluso en tiempos de Covid-19, mantenemos un intenso contacto con los socios.
¿Cuáles son los mayores retos a la hora de trabajar en Sudán del Sur?
Para todos nosotros, es fundamental que haya una paz duradera y auténtica. Los proyectos de construcción de la paz de Mission 21 ayudan a hacer tangible esta paz. Esto es importante, pero también muy difícil, porque el país estuvo en guerra civil durante años. El contenido del acuerdo de paz de 2018 debe aplicarse ahora de forma concreta. Todavía falta mucho para eso.
¿Qué es lo que le mantiene más ocupado en el trabajo?
Por ejemplo, actualmente estoy supervisando la construcción de la nueva escuela de partería en Juba. Debido a la guerra, la escuela tuvo que ser trasladada a Kenia; está previsto que vuelva a Juba en 2022. Una cuestión importante es formar a las organizaciones asociadas en la elaboración de informes sobre los proyectos. Nuestra pretensión es ser transparentes a pesar de todas las dificultades.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Me gusta sentir mucha confianza por parte de mi empleador y del equipo. Esto me permite trabajar de forma independiente y asumir responsabilidades. Es estupendo trabajar con gente que se preocupa por Mission 21 y que hace un buen trabajo.
¿Qué desea con respecto a 2022?
Deseo que 2022 sea un año de paz y recuperación en Sudán del Sur.
Entrevista: Miriam Glass
En el número actual de nuestra revista "begegnen", varios empleados de todo el mundo cuentan su compromiso.
Leer aquí los informes y entrevistas, por ejemplo con Erik Nijland en Bolivia o Joyce Manarisip en Indonesia.
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