La Iglesia puede beneficiarse del intercambio entre generaciones. En el acto "El mundo en el sofá", cuatro mujeres de la red Mission 21 relataron sus experiencias como jóvenes en la iglesia y los retos a los que se enfrentan.
Salome Hengartner se considera parte de una Iglesia universal. En su compromiso eclesiástico, el mayor reto para ella es ser tomada en serio como joven, más que específicamente como mujer joven. Por eso desea que haya conversaciones a la altura de las generaciones. Salomé participa en Mission 21 como coordinadora de jóvenes en el sínodo anual de misiones.
Para la mexicana Mónica Álvarez, experta en cuestiones de género del "Gender Advisory Board" de Mission 21, en cambio, es más difícil hacerse oír como mujer. Como muchas mujeres (jóvenes) de todo el mundo, lucha por ser parte de la iglesia en pie de igualdad. Cuenta cómo en México las estructuras patriarcales pueden hacer de la iglesia un lugar de opresión para las mujeres y las personas LGBTQI+. Por eso participa en grupos bíblicos que trabajan en interpretaciones feministas de la Biblia y así empoderan a las mujeres. Ella espera que a través de esto, la iglesia pueda convertirse en un lugar para la justicia de género.
El mundo en nuestro sofá
El debate sobre el papel de los jóvenes y las mujeres en el trabajo de asociación de la Iglesia fue la primera edición de la mesa redonda "El mundo en el sofá". Con este y otros formatos, como la oferta de "Artes del mundo", abordamos temas sociales de actualidad de forma diversa, entretenida y a veces poética, musical o literaria.
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Aunque las iglesias congoleñas también están estructuradas patriarcalmente, Vera Schaffer, responsable de programas para el Congo de Mission 21, ve un gran potencial en la religión para abordar la justicia de género. Aunque es respetada en el Congo por su papel como representante de Mission 21, siente que es una doble carga luchar por ser aceptada como joven y como mujer. Tiene la sensación de tener que demostrar su valía dos veces.
Como responsable de Mujeres y Género en Mission 21, Barbara Heer se ve a sí misma como constructora de puentes entre generaciones. Dice que Mission 21 es pionera en la integración de la perspectiva de género. La promoción de la mujer ya no es la única cuestión cuando se habla de justicia de género. Sin embargo, sigue siendo un tema importante en muchos proyectos y un aspecto central de la capacitación de la mujer. Cree que la Iglesia puede aprender mucho de las mujeres jóvenes y de las nuevas generaciones para iniciar un proceso de cambio sostenible.
Texto y foto: Laila Danz, Misión 21