Elogios y declaraciones contundentes
El discurso de bienvenida de Rahel Bösch, de la División de Partenariados Institucionales de la COSUDE, fue un exitoso comienzo del Sínodo de 2018. No tuvo más que elogios para la cooperación con Mission 21. Destacó dos temas: la migración y el desarrollo, y la Agenda 2030, dando una idea de los objetivos de la COSUDE. Subrayó la importancia de organizaciones como Mission 21 para que la COSUDE pueda hacer frente a los retos internacionales en materia de cooperación al desarrollo. Especialmente en los ámbitos de la educación y la sanidad para la población de las regiones en conflicto. Las organizaciones eclesiásticas como Mission 21 tienen una larga tradición de diálogo internacional, socios locales e intercambio en tareas globales comunes.
También con respecto a los objetivos de la Agenda 2030, destaca la comunidad de cooperación Pan para Todos, de la que forma parte Misión 21, como un socio importante. Rahel Bösch describe la Agenda 2030 como un nuevo contrato social que implica un cambio de paradigma. Los problemas globales, como el cambio climático, exigen una responsabilidad compartida universalmente en lugar de un apoyo unilateral. Mission 21 tiene una ventaja en este sentido, ya que las instituciones eclesiásticas llevan mucho tiempo practicando el concepto de la llamada "ciudadanía global".
La migración es uno de los retos globales actuales. Rahel Bösch subrayó aquí que la migración también puede ser un factor de desarrollo positivo para los países. Los efectos dependen de las condiciones del país de origen y del plomo. En este sentido, es importante luchar por el desarrollo sostenible. Al fin y al cabo, la paz y el desarrollo sostenible van de la mano. Desde el principio, a Rahel Bösch le llamó la atención la diversidad y especialmente el "Parlamento de los Jóvenes" del Sínodo. A continuación, los jóvenes embajadores también convencieron con su aspecto simpático y su firme declaración: "¡Somos el presente, no sólo el futuro!
Impresionante programa nocturno
Tras un amplio abanico de talleres sobre el tema de la huida y la migración por la tarde, la noche ofreció una conferencia en profundidad y una mesa redonda. El Dr. Eduard Gnesa, ex enviado especial de la ONU, comenzó presentando datos, cifras y reflexiones sobre las consecuencias de la huida y la migración, centrándose en África y Europa. Subrayó que las cuestiones de política migratoria se ven generalmente de forma demasiado negativa en Suiza. La gente tiende a olvidar que los trabajadores extranjeros desempeñan un papel importante en la construcción de las infraestructuras suizas y participan en el sector de los servicios.
Además de las impresionantes cifras que muestran que la mayoría de los refugiados viven en países como Jordania, Uganda o Líbano y no en Europa Central, Gnesa también explicó que la migración y el desarrollo están inextricablemente unidos. Por ejemplo, los inmigrantes que trabajan en Suiza y envían dinero a sus familias contribuyen directamente al desarrollo de sus países de origen. Sin embargo, los problemas que sin duda pueden surgir en el transcurso de la migración no deben en absoluto esconderse bajo la alfombra, sino que deben abordarse y debatirse.
En el siguiente panel, la ronda se complementó con otras interesantes personalidades que ofrecieron al público una visión de la práctica. Por ejemplo, Suzan Mark, que lucha por la justicia de género en el noreste de Nigeria, donde la milicia terrorista Boko Haram siembra el miedo y el terror. Para ella, la paz, que puede llevarse a cabo a través de la capacitación de las mujeres, es la clave para mejorar las condiciones en los países de origen.
Verena Fink y Christian Zingg también tienen una conexión práctica con el tema. Verena Fink lleva tres años trabajando en campos de refugiados en Grecia y se enfrenta cada día a la miseria y a las trágicas historias de los refugiados. Christian Zingg ha sido profesor de una clase de integración durante muchos años. Su experiencia demuestra que las personas que solicitan asilo en Suiza no van "simplemente a por el dinero de los suizos", sino que están deseosas de encontrar un trabajo lo antes posible y, por tanto, una independencia económica.
Tras un animado debate, se abrió la ronda. Las preguntas formuladas mostraron la emotividad y la gran actualidad del tema, pero también dejaron clara la complejidad que conlleva. Fue una conclusión impresionante para una primera jornada intensiva del Sínodo.
Texto: Meret Jobin y Robin Hill