El simposio de Mission 21 sobre el trabajo interreligioso por la paz atrajo deliberadamente a los participantes con una declaración ambivalente. "El Islam pertenece a Suiza. - Para muchos, esta afirmación es simplemente una constatación, pero otros la ven como una provocación. Por lo tanto, hay que profundizar en el debate: ¿De dónde provienen ciertos temores e inseguridades sobre los grupos religiosos musulmanes? ¿Qué sentimientos hay que superar y dónde vale la pena nombrar claramente los agravios? Las presentaciones de los tres expertos de diferentes disciplinas ofrecieron aportaciones diversas y estimulantes.
Liberación del miedo al extranjero
La psicoanalista Jeannette Fischer ofreció una densa introducción al tema. En su presentación, desplegó la visión del individuo que puede conocer y relacionarse con otros individuos sin miedo.
Jeannette Fischer partió del ego desde una perspectiva psicoanalítica. Esto se convierte en el ego a través de la realización de que no es otro ego, es decir, que es la diferencia de todas las demás personas. Sin embargo, los individuos suelen asumir que todos los demás deben ser similares a ellos.
Aceptar la diferencia entre nosotros y los demás nos hace capaces, como individuos, de entrar en diálogo con otras personas. Porque la suposición de que otras personas, por ejemplo, las mujeres inmigrantes, deben ser realmente similares a nosotros es lo que provoca miedos y rechazo.
La disposición a reconocer a otros individuos como diferentes abre un espacio creativo, que Fischer denomina "espacio intersubjetivo" o "tercer espacio", en el que se hace posible el diálogo entre personas sin prejuicios. Sin embargo, esta perspectiva también abre interrogantes a nivel social: ¿cómo se puede reconocer a las agrupaciones sociales como "diferentes" sin condescender con sus miembros? ¿En qué momento el reconocimiento de la alteridad se convierte en indiferencia ante las prácticas hostiles a los derechos humanos dentro de algunas comunidades religiosas? ¿Qué funciones de protección debe asumir una sociedad mayoritaria en estos casos y cómo deben diseñarse?
Reunirse sin prejuicios es un ideal, un objetivo por el que hay que trabajar una y otra vez. Sin embargo, en la vida cotidiana real, que también está marcada por la política del poder, numerosos obstáculos se interponen en el camino de este ideal.
¿Qué Islam pertenece a Suiza?
Elham Manea, politóloga yemení-suiza, abordó estos retos. Utilizando ejemplos muy concretos del diálogo intercultural, postuló el principio de "reciprocidad" como una vía más fructífera para la coexistencia constructiva.
Elham Manea comenzó con datos demográficos para demostrar que en Suiza no existe el "islam", sino una variedad de individuos, grupos y asociaciones musulmanas que están conformados más por su cultura de origen (el 80% de ellos proceden de la región de los Balcanes) que por la religión.
El reconocimiento de las comunidades religiosas musulmanas en el derecho público es problemático porque sólo representan una pequeña minoría de la población musulmana.
Pero, sobre todo, hay que aclarar primero qué o a quién se quiere reconocer. Con ejemplos de Bélgica y Austria, Manea hizo ver que un reconocimiento sin criterios claros y también sin acompañamiento podría conducir a desarrollos indeseables, como sociedades cerradas dentro de la sociedad mayoritaria, donde podrían propagarse actitudes fundamentalistas y valores antidemocráticos.
De la reciprocidad a la cooperación constructiva
"La tolerancia es a veces un camino de ida", dijo el politólogo yemení-suizo. El objetivo, dijo, es más bien desarrollar una ciudadanía activa basada en la reciprocidad. Es importante, dijo, permitir que las mujeres y los hombres musulmanes asuman tareas, que se involucren en Suiza. Como base, deben aceptar a su vez las normas y los valores del Estado constitucional democrático. Sin embargo, para promover esto, debe haber una voluntad de invertir tiempo y dinero en la cooperación con personas y grupos musulmanes. Por ejemplo, ofrecer una formación profesional de imán en universidades suizas, cuya finalización debe ser la base para el empleo en una mezquita en Suiza. O el establecimiento de normas claras para las escuelas o jardines de infancia para evitar que los grupos islamistas se infiltren en los niños o jóvenes con sus ideas.
En el animado debate posterior a la presentación, quedó claro que incluso estas exigencias no garantizan el éxito sin más. Más bien, es necesario un diálogo constante en la sociedad para reexaminar constantemente las libertades y las obligaciones.
Hablar de contenidos, no (sólo) de religión
En la tercera presentación, Magdalena Zimmermann, de Mission 21, dirigió el debate hacia las realidades sociales de Suiza. La teóloga y directora del Departamento de Investigación de Intercambio Educativo de Mission 21 abogó en su presentación por una cultura constructiva de debate.
Con varios ejemplos bien formulados, dejó claro que en un país multicultural como Suiza, la negociación de valores forma parte de la vida cotidiana y puede tener ciertamente rasgos humorísticos.
Con ocho tesis, fijó los hitos por los que podía avanzar un proceso de crecimiento conjunto. Como consejo para una comunicación lo más libre posible de conflictos, Zimmermann sugirió hablar de los contenidos reales en lugar de pensar en términos de "campos" religiosos y puso el ejemplo de la restauración: "Las dietas e ideologías más diversas dan lugar a numerosas necesidades, ¡un gran reto para las cocinas públicas! Pero en lugar de hablar de kosher y cerdo en términos de religiones, se pueden agrupar tranquilamente en otros hábitos de restauración -desde sin gluten hasta vegetariano o vegano- y así buscar soluciones".
La tesis de Zimmermann de que todas las partes deben defender la libertad religiosa es probablemente también central. En concreto, esto significa que todas las personas deben tener la libertad de cambiar de religión. Está claro que el desarrollo de un "Islam suizo" necesita tiempo y espacio. En concreto, los "refugios" son importantes para las mujeres. Lugares de encuentro en los que las mujeres musulmanas pudieran discutir sus preocupaciones y problemas sin la presencia de los hombres. Magdalena Zimmermann subrayó que el Islam forma parte de la Suiza actual. Pero también corresponde a la sociedad mayoritaria ayudar a conformar qué Islam es.
Texto: Christoph Rácz, Foto: Mara Wirthlin