Las provincias anglófonas de Camerún se ven cada vez más sacudidas por actos de violencia. La situación en las provincias del "Suroeste" y del "Noroeste" ha llegado a un punto crítico, especialmente desde que en enero fueron detenidos varios líderes separatistas de la proclamada región independiente de "Ambazonia". Los ataques separatistas van seguidos de sangrientos ataques de represalia por parte de los militares, y los civiles caen repetidamente víctimas de los combates. Muchas personas huyen a los bosques de los alrededores o a la vecina Nigeria. Una y otra vez, se secuestran funcionarios, se destruyen escuelas y se arrasan pueblos y cultivos enteros.
Un conflicto con muchas dimensiones
La situación es extremadamente compleja. El conflicto se desarrolla en el contexto de las próximas elecciones, la propaganda de ambos bandos, la desinformación y la constante inseguridad de la población. "Una de las mayores limitaciones es el toque de queda nocturno entre las 21:00 de la noche y las 5:00 de la mañana, nada se mueve durante este periodo", es como describe la situación el coordinador Togho Lumumba Mukong. Vive y trabaja en la ciudad de Bamenda, en la provincia anglófona del Noroeste, donde es testigo del cambio a peor. Camerún solía ser un país en el que se podía circular libremente en cualquier momento, pero eso es diferente hoy en día: "¡Hay una gran inseguridad! La situación puede agravarse en cualquier momento y en cualquier lugar: es como la gasolina, sólo hace falta una cerilla para que caiga al suelo. Hay que tener los ojos y los oídos abiertos todo el tiempo para estar lo más informado posible sobre las últimas novedades". Esto último se ve enormemente dificultado por la propaganda en los medios de comunicación social, la difusión sistemática de información errónea y las ocasionales restricciones de Internet.
Un pequeño rayo de esperanza
Togho Lumumba Mukong extrae esperanzas del hecho de que las relaciones entre los civiles francófonos y anglófonos siguen siendo buenas. "Eso es lo bueno de Camerún hasta el día de hoy: tengo muchos vecinos francófonos, todavía nos reunimos y pasamos tiempo juntos. Los disturbios no se consideran un problema fundamental entre la población anglófona y la francófona, sino un problema entre las provincias anglófonas y el gobierno central de Yaundé", explica.
Para más información, lea el entrevista completa sobre la situación actual y cómo la gente se enfrenta a la inseguridad cotidiana.
Texto: Robin Hill, Foto: Tanja Giannone-Schwager
► a la entrevista completa (en PDF, alemán)